Martes 12 de enero
SI TE DIGNAS MIRAR LA AFLICCIÓN...
Jesús mira la aflicción de sus hermanos los hombres y se compadece de ellos y los alivia, porque está lleno de poder y de ternura. Jesús se conmueve ante el endemoniado que en la sinagoga le grita: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: El Santo de Dios" (Mc 1,24). El que habla no es un demente. (Cristo también se compadece de los locos). Habla un espíritu malo, que sabe mejor que los letrados de Cafarnaún que Cristo es el Santo de Dios, que ha venido a destruir el poder y las obras del maligno.
A Cristo se le ha dado poder sobre los ángeles y sobre los demonios: "Hasta los espíritus... le obedecen" (Mc 1,27). Dios todo lo sometió bajo los pies de Cristo, también hombre, y nada dejó fuera de su dominio (Hb 2,8). A ningún espíritu le concedió Dios todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18) como lo hizo con Cristo. Él se compadeció de nosotros para salvarnos y "padeció la muerte para bien de todos" (Hb 2,9). No hemos de extrañarnos de experimentar las bendiciones y la compasión de Dios y de Jesús en nuestras aflicciones.
Sometemos al dominio del Señor todo lo nuestro, para que desde su compasión y su poder se apiade de nosotros.
"Acudid siempre a mi Corazón abierto y lleno de amor y de misericordia. Depositad en él todas vuestras desdichas y problemas. En mi Corazón negocio con mi Padre las soluciones de todas vuestras desgracias. En mi Corazón se encuentran las eficaces respuestas de mi Amor".
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B - Ceferino Santos S.J.