Domingo 15 de mayo
Domingo 5º de Pascua
CONVICCIONES FIRMES
Nuestros compromisos con Dios no siempre son firmes y estables. A Judas le faltaron convicciones firmes y abandonó a Cristo, su Maestro (Jn 13,31). La constancia y la firmeza de Cristo, que hace la voluntad del Padre, sin la mínima desviación, no abunda entre los hombres. Cristo no se desvió ni un ápice del camino señalado por el Padre, aunque tuvo que pasar mucho hasta entrar en el Reino de Dios (Hch 14,21).
Cristo es el gran modelo de servicio fiel y total a su Padre. El continuo servicio a Dios se basa en las firmes convicciones que nacen de la fe y del amor. Se tratará de un servicio constante, que busca, sobre todo, glorificar a Dios: "Ahora Dios es glorificado en el Hijo" (Jn 13,31).
Se tratará de un servicio basado en el amor (Jn 13,35), que demuestra quiénes son verdaderos cristianos por los frutos. Servicio sin amor no es servicio cristiano. Será un servicio firme y madurado en las tribulaciones, aceptadas y queridas, para poder entrar así en el Reino de Dios: "Exhortaban a los discípulos a perseverar en la fe" (Hch 14,21).
Las convicciones firmes ayudan al servicio de evangelización y testimonio, contando todo lo que Dios ha hecho por nuestro medio (Hch 14,26). Será un servicio firmemente orientado al cielo nuevo y a la tierra nueva (Ap 21,1), hacia donde Dios nos dirige como a nuestra meta final, después de haberlo hecho todo nuevo (Ap 21,5). Sin convicciones afirmadas en Dios no puede haber un servicio firme y durable.
¡Señor Jesús: ayúdanos a vivir radicados y edificados en Ti, fundamento de nuestra constancia en el servicio y de nuestra firmeza en la fe y en el amor!
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C (Ceferino Santos S.J.)