Martes 21 de junio
EL MISTERIO DEL HERMANO
Los hombres se sienten inclinados a las divisiones, a las luchas y enfrentamientos por motivos de orgullo, de poder, de ambiciones y de preeminencias de todo tipo. como queréis que ellos os traten" (Mt 7,12), con amor, con bondad y estima.
En los planes de Dios en vez del enfrentamiento inacabable entre los hombres, se nos pide la fraternidad entre todos los hijos de Dios y el respeto profundo del prójimo: “Tratad a los demás como queréis que ellos os traten” (Mt 7,12), con amor, con bondad y estima.
Surgen dificultades incluso entre familiares; y Satanás las fomenta, pues sabe el valor de la comunidad bien hermanada y quiere destruirla.
En vez de a las disensiones estamos llamados al diálogo fraterno y ecuménico, a la amistad en Cristo y no al enfrentamiento. Cristo pide en su oración sacerdotal para sus seguidores que "sean uno", al igual que Juan Pablo II en su encíclica "Ut unum sint" (1995).
No se trata de renunciar a la verdad del evangelio para lograr una unión superficial ni de echar las perlas de lo sagrado a los cerdos para que las pisoteen (Mt 7,6), sino más bien de tratar con reverencia el mensaje de Dios y a los hermanos, imágenes de Dios.
¡Oh, Cristo: únenos en Ti! Haznos entrar a todos por la puerta estrecha (Mt 7,13) de la unidad, que eres Tú. Perdona nuestros pecados contra la unión de los cristianos. Tú, única puerta que llevas a la vida (Mt 7,14): acógenos y haznos entrar gozosos a la unidad profunda y fraterna Contigo y con los hermanos.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo C (Ceferino Santos S.J.)