Martes 19 de septiembre
Martes de la 24ª Semana
CARISMAS y MINISTERIOS
Jesús, el Mesías, el Ungido por el Espíritu Santo como Sumo Sacerdote, Profeta y Rey universal, encierra en sí de forma admirable todos los carismas y ministerios, que después reparte en su Iglesia. Cualquier carisma o manifestación del Espíritu para el bien común está en Él y Él los comunica según la medida de la fe a sus discípulos para la construcción de la Iglesia. Cualquier ministerio u oficio eclesial para el servicio de las almas Jesús lo posee como Dueño y Señor absoluto y, luego, lo comunica entre sus seguidores. Cristo posee el carisma de milagros. Así, cuando ve a la viuda de Naín, que lleva enterrar a su hijo único, Cristo compadecido resucita al joven muerto: "¡Muchacho, a ti te lo digo, levántate!" (Lc 7,14). Entonces la gente reconoció a Jesús como el gran Profeta (Lc 7,16). Jesús es el que comunica el carisma de profecía a su Iglesia.
Los ministerios u oficios eclesiales también están repartidos entre los creyentes. No todos son obispos (1 Tm 3,1), ni todos son hábiles para enseñar (1 Tm 3,2), ni todos han sido designados para cuidar de las asambleas de Dios (1 Tm 3,5). En el Cuerpo de Cristo son muchos y diversos sus miembros vivos y son diversas sus funciones: apóstoles, maestros, profetas, milagros, dones de curar, beneficencia, gobierno, don de lenguas (1 Co 12,28).
¡Qué hermosa es la Iglesia adornada con los variados dones del Espíritu, que la llena de carismas operantes, de ministerios vivos, y, sobre todo, la llena del mismo Espíritu Santo, el don divino, eterno e inagotable!
Padre Santo, fuente de todo don perfecto y de todo carisma eclesial: desborda en esta hora de la humanidad gracias y carismas abundantes sobre tu Iglesia, para que se vivifiquen y renueven los ministerios debilitados y las misiones evangelizadoras adormecidas. Que tu Santo Espíritu nos despierte, nos impulse y nos fortalezca. Amén.
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J