Lunes 25 de septiembre
Lunes de la 25ª Semana
VIVIR EN LA LUZ
No se vive bien en las tinieblas. Nuestro lugar natural es la luz para la que estamos hechos. Tener luz interior es tener a Jesús, que es la verdadera Luz del mundo (Jn 8,12). El Padre nos lo envió para que no camináramos en tinieblas. A Cristo como Luz lo hemos de llevar hasta nuestras oscuridades psicológicas y físicas, hasta nuestras tinieblas espirituales y éticas. Donde entra la luz de Cristo entra la salvación. "Nadie enciende un candil y lo mete debajo de una vasija" (Lc 8,16).
Tenemos que anunciar a Cristo Luz ante los hombres. Al que tiene la luz de Cristo se le dará más luz (Lc 8,18); al que tiene el amor de Cristo se le dará más amor; el que acepta la sabiduría de Cristo, crecerá en su sabiduría y en su verdad. Ser honrado, justo y humilde es estar en la luz y en la sabiduría de Dios. Al malvado Dios le quita lo mismo que creía tener (Lc 8,18).
Para reconstruir el templo de Dios derruido necesitaremos como Esdras (Esd 1,1-5) mucha luz de Dios, fuerza, acierto y sabiduría para hacer lo que Dios quiere, para vencer dificultades insuperables y para dar a Dios un culto digno. Contribuir con nuestra ofrenda a la reedificación de la Casa de Dios (Esd 1,6) es obra de los hijos de la luz.
Hoy, para nosotros, vivir en la luz es vivir en Jesús, resplandor de la gloria del Padre y luz de luz. Él ha de iluminar nuestro camino, como la nube luminosa de Dios en las noches sombrías del desierto.
Que tu luz, Señor, nos guíe por los caminos de la vida hasta llegar al resplandor de la Jerusalén celestial. Que Te encontremos siempre a Ti "Oh luz celeste de la santa gloria inmortal, santo y feliz Jesucristo".
"El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo A - Ceferino Santos S.J.